Luisa es una chica sencilla. Ella trabaja. Se preocupa por su familia. Hace lo que tiene que hacer. No se arriesga ni actúa de manera imprudente. Es quién es ella; sus responsabilidades son lo primero.
Will tiene un gran trabajo, una gran novia y los medios para ir a donde quiera y hacer lo que quiera.
Es decir, antes de que ocurra el accidente. Ahora, él está en una silla de ruedas, paralizado y muerto por dentro. El hombre que era antes se ha ido, ahora ni siquiera puede reconocerse a sí mismo.
Cuando Luisa y Will se encuentran, no hay amor a primera vista. Ella es su nueva cuidadora. Él es alguien a quien ella no puede descifrar. Pero cuanto más pasan el tiempo juntos, más descubre Luisa las maravillas que la vida tiene para ofrecer.