«Mi corazón está a salvo. No corro peligro. La distancia es mi mejor aliada», lo repito como un mantra. Me lo creo. O eso pretendo.
«Cinco años alejada de Derek han sido suficientes para olvidarlo». No, no debo mentirme, ya sé que eso no sirve para nada.
Lo admito, no lo he olvidado y menos ahora que una invitación de cumpleaños pretende volver a ponernos en el mismo escenario.
¡Joder!
Necesito un plan para enfrentarme a este giro canalla del destino y Lenna, mi mejor amiga, asegura tener uno ideal.
«¿Ideal? ¡Pero si es absurdo! Definitivamente se ha vuelto loca».
Lo medito. Lo medito un poco más. Respiro. Y termino lanzándome a la piscina en tanto voy suplicando en el aire encontrarla con agua…