Annalise Finch está contenta: tiene un trabajo que disfruta, vive cerca de su familia y amigos y pasa la mayoría de los miércoles por la noche bebiendo vino con su abuela. Sin embargo, según su abuela, ha perdido su brillo y la única solución es unirse a un sitio para ligar con otras mujeres. El único problema (aparte de una abuela entrometida y con una mente sucia) es que a Annalise no le gustan las mujeres. Al menos eso es lo que ella siempre pensó, pero cuando conoce a Brinley Adams, comienza a cuestionarlo todo.
Brinley Adams ama a las mujeres, pero no al compromiso. Ella está más que feliz ligando chicas en el bar en el que trabaja para divertirse un poco. Cuando una rubia ardiente entra a su bar y no logra regresar a casa con la mujer con la que vino, ¿qué opción tiene Brinley sino tomarla bajo sus alas?
Su arreglo es perfecto: Brinley le enseñará a Annalise todo lo que sabe sobre cómo complacer a una mujer y, a su vez, Brinley se divertirá un poco. Dado que ninguno de los dos está interesado en ningún tipo de compromiso, ¿qué podría salir mal? No es que esto sea una comedia romántica.