Herbert Wolf, duque de Durmont , creyó que su vida estaba completa al contraer matrimonio con lady Eloisa James; sin embargo, el destino tenía otros planes un tanto torcidos para él, lo que hizo que no quisiera volver a entregar su corazón.
Alicia Green , una institutriz que deseaba encontrar un nuevo trabajo, lo consiguió en el lugar más frío de Inglaterra: la casa del duque de Durmont.
El doloroso pasado de cada uno y una pasión floreciendo, hacía que se negaran a sentir amor… Ella por ser una empleada y tenerlo en el peor concepto y él por el temor a sufrir otra vez.
«—La soledad es mala consejera, señorita Green.
—Es por eso que debe conseguir una esposa…
El hombre olvidó el juego y tomó la mano de Alicia.
—Debo confesar que tengo un problema con usted, señorita Green…
—¿Le he hecho algo malo? —interpeló mirándolo a los ojos.
—Sí, me distrae y no puedo dejar de pensar en usted.»