« —¿Acaso el remilgado de mi hermano querría bailar con la señorita más rica del lugar para que lo acusaran de ser igual a mí?
—¡Ah!, querida, ya conoces a Sir Michael Watson, los dos han crecido mucho en estos doce años ¿no te parece?
—Sí, claro —contestó ella—, e igual que la última Navidad en su casa, no pienso bailar con él, tío, no le concederé un baile.
—¿Por qué no?
—La reputación de Michael Watson, el cazafortunas con más mala suerte de la historia se ha expandido como el fuego.
—Supongo que ha habido fuego —se burló el hermano pequeño, extrañamente idéntico, del único amor de Isobel—, mi excelentísima señorita doña Isobel, como el que se expande cuando estás junto a mí —le dijo él en perfecto castellano.
—¿Desde cuándo ha surgido ese fuego si no te lo he visto en once años y poco más, señor? —murmuró.
—Pero yo sí, mi señora, coqueteando con tus esclavos en Jamaica —siguió él—, y bañándote casi desnuda en la playa con tus sirvientas y hermanas.
—Imagínate que mientras eras pirata.
—No esperes una confesión si eso estás buscando. »
A finales del siglo dieciocho, Isobel es una joven criolla neogranadina, inteligente, lista y picarona; ostenta un título de derecho propio y ha llegado a Inglaterra a reunirse con el hermano de su madre para cumplir con las desagradables disposiciones del testamento de su padre.
Michael en cambio es un don nadie, tiene fama de bandido y se rumorea que solía dedicarse a la piratería, lo llaman Serpiente Negra, y es conocido entre la nobleza como el cazafortunas que persigue y se entrega sin renuencias a las viudas viejas.
Un escándalo obliga a Isobel a casarse, Michael necesita su fortuna. Pero Michael tiene un secreto desconocido incluso para él, lo único que sabe es que comparte con sus hermanos la inusual habilidad de hablar con las serpientes, alguien quiere matarlo y él no entiende por qué a veces aparece desnudo luego de una pelea, sin ser capaz de recordar nada.
Isobel escribe una revista clandestina con sus hermanas e investigan un misterioso y sobrenatural caso de asesinato, pero ¿por qué todas las pistas apuntan a su esposo? ¿Y por qué ahora los sueños de Isobel no le pertenecen?