Antes amigo de la infancia, ahora mi compañero predestinado, se gana mi corazón como siempre.
Elegida como oráculo, por fin estoy preparada para volver a mi manada, que abandoné por miedo a desvelar mi misterio de identidad.
Sentado en un árbol que simboliza el liderazgo, parece grandioso y hechizante, y nuestro vínculo es fatídico.
En el momento en que le aclaro mi propósito al venir, me rechaza abiertamente, dejándome destrozada y deprimida.
Pero su sutil expresión delata sus celos cuando otro hombre me coquetea y nos confiamos mutuamente tras recordar nuestro pasado.
La calma antes de la tormenta es precaria. El tironero que ha controlado a los pícaros con magia negra sigue siendo una bomba de relojería.
Los despiadados atacantes se interpondrán definitivamente en nuestro camino para cumplir el plan del dios y conseguir la fuerza invencible para recuperar la paz.
La calamidad y la ruina se ciernen sobre nosotros, y si no somos lo bastante precavidos, estaremos condenados para siempre…