Víctor
No se me conoce por mi caballerosidad. La mayoría de la gente me encuentra brusco. Prefiero considerarme eficiente. Ver una necesidad, cubrir una necesidad. Sin tonterías. Sin emociones. Sólo trabajo. Esa actitud me ayudó a superar algunos años difíciles en el ejército y ha hecho que mi pequeño equipo de construcción de tres personas sea el mejor de la ciudad.
Esa actitud también me ha mantenido soltero. Pero, oye, si una mujer no puede soportar la verdad, no soy quién para enseñarle cómo hacerlo. Hasta que la morena ardiente se muda a la casa de al lado y empieza a tratar el viejo bungalow como un proyecto de bricolaje. No soporto ver cómo se malgastan buenos huesos en incompetencia, y la idea de mejoras de esta chica me hace hervir la sangre.
Entonces, ¿por qué no puedo evitar visitar su casa cada vez que puedo? Me digo a mí misma que es para evitar que el lugar se convierta en el adefesio del vecindario, pero incluso yo sé que eso no es lo que me mantiene despierta por la noche pensando en Ella.
Cuando mi equipo dice que me estoy ablandando, sé que tengo problemas. Pero es el hecho de que estoy empezando a comprender su visión de la casa lo que me dice que yo soy la verdadera arregladora y que Mo es la única mujer que quiero en mi equipo de reconstrucción.
Maureen
Gilipollas machista. Así se llama el hombre de al lado. Desde el día en que me mudé, ha metido las narices en mis asuntos y me ha «mansplaining» al oído.
Tengo menos de tres meses para convertir esta ejecución hipotecaria en un hogar adecuado para mi hermano discapacitado y para mí. Connor necesita un lugar donde vivir, y la tutela exige que le proporcione una vida hogareña segura y estable.
No soy carpintero, pero tengo una visión para este lugar. Un hogar en el que Connor pueda envejecer. Como he invertido en el proyecto hasta el último dólar libre que tengo, estoy decidida a hacer realidad mi sueño.
Derribando paredes y desenganchando tuberías, la casa está en peor estado del que esperaba, y necesito la ayuda del egoísta del vecino. Sólo que cuanto más tiempo pasa en la casa, más me doy cuenta de que no es tan malo como pensaba. Después de conocer a Connor, incluso tiene algunas buenas ideas para la casa.
Los días llenos de pintura y lijado se convierten en noches acurrucada en los brazos de Vic. En realidad no es más que un gran oso de peluche gruñón, y cuanto más tiempo pasamos juntos, más me imagino un futuro con mi nuevo vecino hasta que la casa esté terminada y Victor vuelque sus habilidades de arreglista en mi hermano.
Puede que sea el hombre de mis sueños. El único capaz de asumir mi situación. Pero Connor es y será siempre mi primera prioridad. Por mucho que me enamore del grandullón de al lado.