Carla quiere a Raúl y Raúl quiere a Carla.
Carla cree que puede vivir según sus propias reglas, en un mundo sin estereotipos en el que hombres y mujeres no adoptan roles predefinidos, y no entiende por qué Raúl se presta a vivir dentro de esos límites cuando también son una cárcel para él.
Raúl se siente cómodo tal y como funcionan las cosas y confía en ser feliz con Carla, aunque ella viva constantemente en guerra.
Cuando ambos, jugando a un estúpido juego, besen a otras personas, saldrán a la luz sus distintos modos de ver la vida. Raúl intentará recluir a Carla dentro de los parámetros que le resultan admisibles y ella, aunque se esforzará por encontrar su lugar, acabará rebelándose contra ellos.
Los roles que cada uno debe adoptar en razón de su sexo, las exigencias de una relación monógama, el compromiso, la maternidad y la desconexión que cada uno de ellos acabará por sentir respecto del otro los llevarán al límite, convirtiéndolos en enemigos más que en compañeros.
Carla luchará por romper con todo para seguir adelante y Raúl no cejará en su empeño de que ella siga a su lado.
Cuando sepan que todo ha terminado, ¿sabrán ponerle fin o será el fin de todo lo que conocen?
«Llévame a bailar» es una historia de amor y desamor, de búsqueda de la identidad y de lucha contra los roles de género, dirigida a todos aquellos que, en un momento u otro, han querido rebelarse contra el orden preestablecido.