Las Vegas Lovestories | Rebecca Baker

A los fans de las novelas románticas de multimillonarios les encantará esta colección de libros.

De esto tratan las historias de esta colección de libros:

El bote, baby: Sorpresas en Las Vegas
Ganar el premio gordo, una noche caliente y un año después… ¡soy madre!
Entonces nos reencontramos – él no sabe nada al respecto y, además, es mi nuevo jefe…
¿Es posible que las cosas salgan bien?

Juega conmigo, baby: El juego del amor
¿Es posible que una noche de pasión se convierta en amor verdadero?
Yo fui lo suficientemente ingenua como para creerlo.
Pero la verdad es esta: Jacob tiene una doble vida, simplemente se ha aprovechado de mí y ahora espero un bebé suyo…

Sorpréndeme, baby: Una cita a ciegas con consecuencias
Una cita a ciegas, mucho dinero y un viaje a Las Vegas.
Tres meses después estoy embarazada y resulta que él es el abogado que quiere hacerme pedazos…
¿Y ahora?

Una noche, baby: Un reencuentro con consecuencias
Un reencuentro en Las Vegas. Un trato. Una noche caliente. Y las consecuencias: estoy embarazada del multimillonario sexi… y, además, es mi nuevo jefe. ¡Qué desastre!

Bésame, baby: Un multimillonario para enamorarse
¡Una noche caliente en Las Vegas con este hombre de aspecto inaccesible y sexy!
Fallo nº 1: Me quedo embarazada de él.
Fallo nº 2: Vuelve, pero con un policía y una orden judicial…

Sé mía, baby: Trato con el Jefe
Tengo que pagar las deudas de juego de mi difunto padre.
Pero el deudor es mi nuevo jefe y no quiere mi dinero. Quiere que yo…
Entonces, yo estoy embarazada de él y él se casa con su ex. ¿Y ahora qué?

Es Navidad, baby: Un bebé navideño con el jefe
«¡El Jefe es tabúl! Sobre todo cuando se viste con el sexy disfraz de Papá Noel».
¿Cuenta como excusa que no lo supiera entonces?
Ahora, un año después es mi jefe, tengo una hija suya y él no sabe nada. ¿No sé qué va a pasar?

Crueles confesiones: Tú eres mía, nena
¡Estaba mirando a mi jefe por el ojo de la cerradura de la ducha y me ha visto! ¡Qué vergüenza! Inmediatamente me doy a la fuga.
Pero lo peor de todo es el mensaje de voz que envío accidentalmente después, que me hace volver a pensar en ello «intensamente».

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