Tras un terrible accidente, lord Hunter Dawkins perdió la movilidad de su brazo izquierdo casi en su totalidad y se sumió en una profunda depresión. No acude a fiestas, no recibe visitas, no sale de su mansión y no permite que ningún médico le diga lo que hacer. Tiene claro que su futuro es morir solo y tullido, y que el amor solo es un lejano eco en su memoria.
Gwyneira Lennox lleva esperando a su prometido siete largos años. Desde que se marchó a la India no ha tenido noticias de él y, a pesar de la insistencia de su familia por que se case con otro hombre, se rehúsa a ello al creer que su amor es eterno. Pero una carta perdida y un pequeño percance la empujará a las puertas de Hunter y su carácter huraño. Para el conde, ella solo es una molestia, un problema que quitarse de encima, mientras Gwyn lo ve como el invierno al que tanto se aferra. Una persona que clama ayuda y no sabe cómo seguir viviendo sin esperanzas.
Cuando dos almas rotas y solitarias colisionan… ¿serán capaces de derretir el hielo que los envuelve y encontrar una oportunidad para el amor?