Esta deliciosa novela, autobiográfica en la forma pero no en los contenidos, muestra toda la maestría y el peculiar modo de ver la realidad de esta gran figura de las letras contemporáneas.
«¿Cómo lo hará Alice Munro? Lo que consigue parece magia.»
Sara Mesa
«Alice Munro tiene una mente prodigiosa. Es precisa, natural y cuenta como nadie la interioridad y el fluir de vidas enteras en unas pocas páginas.»
Rodrigo Muñoz Avia
La vida de la gente, en Jubilee como en todas partes, era aburrida, simple, asombrosa e insondable… cuevas profundas cubiertas de linóleo de cocina.
Bastan estas pocas palabras para reconocer el talento de una espléndida narradora y colarse en la vida de Del Jordan, una chiquilla que vive con sus padres en el pueblo de Jubilee.
Del empieza contando su día a día, su relación con la familia, los vecinos y los amigos, y pronto descubrimos que esa niña sabe observar el mundo y sacar buen provecho de lo que ve: compadece la poquedad del padre, admira el arrojo de la madre, que deja la granja para dedicarse a vender enciclopedias por los alrededores, y comprende que tarde o temprano llega el momento en que hay que elegir entre una risueña mediocridad -hogar, iglesia, matrimonio, hijos- y otras opciones más interesantes y arriesgadas. Ese descubrimiento es también el de la vocación literaria, una suerte de llamada, de deber para con el mundo.