Hubo una época en la que la desaparición de niños en Lima alcanzó niveles bastante altos, comparables a los de Estados Unidos. La mayoría de las víctimas eran jóvenes, principalmente mujeres, desde los diez años de edad. Al final, todo apuntaba a una conexión con Dorothy Lapa, una empresaria multimillonaria que residía en una enorme mansión en Sol de la Molina. Surgían preguntas inevitables: ¿Qué se ocultaba tras esas paredes? ¿Qué relación tenía la señora Lapa con la desaparición de tantos jóvenes? ¿Y qué sucedía con ellos dentro de su mansión? El caso de Dorothy Lapa ha sido catalogado como uno de los más macabros y turbios en la historia de Perú, e incluso del mundo.