Cuando Ibaute se le declaró, Fayra nunca llegó a pensar que esa misma noche su vida cambiaría para siempre. El devenir del futuro tenía preparada para ella, desde joven, una serie de acontecimientos, que no quería ni había buscado, pero que debía de afrontar. Enfrentándose a ellos desde su inexperiencia, pero con la valentía y el coraje que había heredado de un rey, su padre.