Bastian Leight, marqués de Londonderry, es un hombre robusto, apuesto, con unos ojos grandes de color avellana que lo hacen irresistible ante cualquier dama. Podría casarse con la mujer que quisiera… si en verdad desease caer en la cárcel del matrimonio, claro. Bastian está en apuros y no es por causa de una mujer… Bien, un poco sí, pero lady Margot es una circunstancia momentánea. Lo apremiante para Bastian es quitarse de encima la presión de su abuelo, el duque de Kent. Su único familiar vivo ha amenazado con desheredarlo y cortarle su asignación si no se casa de inmediato. ¡Un problema de proporciones bíblicas para un hombre que sería el peor esposo del mundo! Y en el otro lado de la balanza se encuentra lady Margot, quien sabe que cuando recite sus votos ante Dios, será la mejor esposa de todo Londres. Su hermosa y tirana hermana mayor ha hecho un buen matrimonio y parece que tiene el camino un poco más despejado. Margot es de estatura pequeña y esto puede ser un contratiempo, y más porque compensa su tamaño con su perspicacia. Sabe hablar alto y claro, demasiado claro… ¡Lord Londonderry bien lo sabe! Y el malvado marqués es conocedor de esto, porque cuando él le propone un absurdo plan para contentar a su abuelo, la joven enumerará uno a uno los motivos por los que no deben hacerlo y los expone gritando. Los comienzos son siempre difíciles, más si los silencios y malentendidos se mantienen. ¿Qué le deparará el designio a esta pareja tan poco probable?