Al principio, mi nuevo trabajo como niñera de Catie, la encantadora sobrina del multimillonario irlandés Declan Byrne, parecía fantástico. Sin embargo, las cosas van mal con Declan. Tremendamente mal.
Nos conocimos en un avión, donde me dijo que sería «fantástico» que me callara la boca. No puedo evitarlo, los aviones me ponen muy nerviosa.
Él es un auténtico cascarrabias, y está claro que no le caigo nada bien. Eso sí, es tan guapo, que cuando estoy con él no consigo concentrarme. Además, me ha dicho desde el primer día que me tendré que marchar en cuanto encuentre a otra niñera.
Pero yo soy una chica dura de Minnesota, y sé que puedo sobrevivir todo el verano trabajando para este cascarrabias tan sexi. Bueno, al menos creía que podría hacerlo, porque cada vez me resulta más difícil estar con él. Cuanto más tiempo paso con Declan, más me parece que entre nosotros está surgiendo algo… una atracción que me resulta imposible ignorar.
Declan oculta un corazón de oro tras su actitud prepotente y distante. Y esa forma de hablar… ese acento irlandés tan atractivo hace que me tiemblen las rodillas.
La primera regla del trabajo de niñera es no liarse con la familia. Hay que mantener las distancias y comportarse como una profesional. Acostarme con Declan supondría cruzar la raya.
Algunas reglas deben respetarse. Pero otras están escritas para romperse.