Un pirata, un bucanero de la peor calaña, un mentiroso, un asesino sin escrúpulos, pero por otra parte también es: tremendamente guapo, sexy, fuerte, y con unos ojos tan verdes y profundos que podrían hacer que la ropa se te cayese por accidente.
Elena podría describir a Kai MacDonald de tantas formas posibles que se tiraría un día por completo, y es que a veces no sabe si lo odia, o es que se ha enamorado de él, pero lo que sí tiene muy claro es que ella ha viajado al pasado para rescatar a su amiga Elisabeth de los peligros de una Escocia en el siglo XVI, y regresar a la seguridad de su hogar en el futuro.
Desterrado de la Isla que lo vio crecer, Kai MacDonald decide echarse a la mar, y alejarse de todos aquellos malos recuerdos que lo atormentan cada noche en sus pesadillas.
Cuando Elena cae de la nada en medio de una terrible tormenta sobre la cubierta de su navío, empieza a creer que realmente una maldición lo persigue
allá donde va. Una maldición de ojos castaños, de labios jugosos, y de curvas tan exuberantes, que podría poner todos sus planes en peligro.
Y es que cuando dos almas rebeldes se encuentran, podrían traer el mismísimo infierno a la tierra.
Si has leído la primera parte de esta bilogía «Mi bestia de las Highlands», entonces no te puedes perder esta segunda entrega. ¿Quieres conocer el final de esta historia?
Te invito a que te sumerjas entre las páginas de esta novela llena de giros inesperados, personajes salvajes y rebeldes, pero con un fondo tierno que te embaucará por completo.
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