Me llamo Liv Sinclair, y este es mi lío.
Debía ser simple: graduarme en fisioterapia, evitar dramas innecesarios y, sobre todo, NO dejarme encantar por los atletas con el ego más grande que un estadio.
Pero entonces llegó él: Luke Hawkins, quarterback star de los Miami Sharks . Una sonrisa para quitar el aliento, una reputación de playboy que grita problemas a kilómetros de distancia, y yo, ¿qué hice?
La cagada más épica de todas: una noche loca con él, incluido el ascensor.
¿Resultado?
Un gran lío y una pequeña sorpresa nueve meses después… mi Sophia.
Hasta aquí, todo previsible, ¿verdad?
Pero aquí viene el giro: después de esa noche me refugié en Nueva York, decidida a olvidar al rey del fútbol americano y criar a mi hija sola.
Spoiler: no salió como pensaba.
Luke no tenía idea de que se había convertido en papá, y yo hice todo lo posible para mantenerlo alejado. Pero la vida decidió burlarse de mí a lo grande: regresé a Miami para trabajar como fisioterapeuta precisamente para los Miami Sharks . Sí, su equipo, con él como capitán.
Y cuando Luke descubre la verdad sobre Sophia, quiere ser parte de su vida. A toda costa.
¿Y yo?
Pues, yo no sé si quiero dejárselo hacer. Y como si no fuera suficiente, me propone fingir ser su novia para mantener a los paparazzi alejados y proteger su imagen de atleta impecable. ¿La recompensa? Medio millón de dólares.
Un falso compromiso con el mariscal de campo más sexy y peligroso de Miami: ¿qué podría salir mal?
Entre cenas familiares falsas, besos fingidos (que parecen condenadamente reales) y una química que arde como gasolina en el fuego, me encuentro atrapada en un contrato que huele a desastre. Solo quería una vida tranquila, y en cambio me encuentro viviendo una telenovela sexy con el padre de mi hija, al que no puedo sacar de mi cabeza… ni de mi cama.
Todo esto por culpa de… ¡ese ascensor!