Gilbert, el verdadero amor de Ana, acaba los estudios de medicina. La pareja ya no tendrá que vivir separada. Se casan con sencillez y comienzan su vida en común en la pequeña casa que siempre habían soñado. Allí, Ana conoce a sus nuevos vecinos, hace nuevas amistades y resuelve algunos problemas. Pero siempre es la misma Ana, tan alegre y vital, y siempre llena de sorpresas.