Ana es ahora madre de cinco niños, y su familia es un hogar feliz y lleno de vida. Sin embargo, después de quince años de ser la mujer del doctor, un día se pregunta si su adorado Gilbert la sigue amando como antes. Pero ¿cómo ha podido dudarlo? Aunque ya es una mujer adulta, Ana sigue siendo, en el fondo, la misma pelirroja alegre e incorregible de las Tejas Verdes.