En la abadía benedictina de la Santa Cruz del Valle de los Caídos, Fray Ángelo se dispone a afrontar la Semana Santa compatibilizando sus cargos con los días de Estudios de Canto Gregoriano. En esta ocasión, el curso que anualmente se desarrolla en la hospedería del recinto tiene un aliciente añadido: un antiguo manuscrito que será expuesto en la conferencia de clausura. En la mañana del Domingo de Ramos, el Padre Dámaso solicita a Fray Ángelo que le acompañe a la localidad de El Escorial, donde se dispone a realizar un exorcismo en casa de Isabel y Alfredo. A juzgar por los sucesos que ambos han presenciado, su hijo Adrián presenta evidentes síntomas de una posesión diabólica. A partir de aquella visita, Fray Ángelo iniciará una semana muy distinta a la que imaginaba junto a los demás monjes y los niños de la escolanía que están a su cargo. En compañía de quien una vez fue su maestro, se verá envuelto en una lucha contra el mal que desembocará en una peligrosa aventura.