A veces la vida cambia en un instante, como si de un simple chasquido de dedos se tratase.
La vida de Abby acabó así, en apenas un segundo, viendo cómo se truncaba su sueño.
Por si eso fuera poco, la persona en quien más confiaba fue la que más daño le causó.
Cuando un misterioso admirador se cruza en su camino, descubrirá que tendrá que guardar un secreto mucho mayor que el que ya silenciaba, y todo bajo el antifaz tras el que se oculta.
Un secreto, una pasión arrolladora y el miedo a ser descubierta.
Porque, a veces, es nuestro mayor secreto el que nos lleva a sentir el mayor miedo.